Claudia Goldin, economista estadounidense y destacada profesora de Harvard, hizo historia el 5 octubre de 2023 al convertirse en la tercera mujer en recibir el Premio Nobel de Economía, demostrando la importancia que tiene la economía con enfoque de género en la actualidad. Goldin es reconocida por sus estudios y aportes sobre la comprensión de la evolución del rol de las mujeres en el mercado laboral, la economía del cuidado y los techos de cristal.
Goldin ha dedicado su carrera a explorar y analizar los factores que influyen en el progreso y la participación de las mujeres en el mercado laboral, para luego incidir en el ámbito político-social. La profesora Sandra Aguilar, de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, en una entrevista para Blu Radio, explicó por qué el reconocimiento de Claudia Goldin es fundamental: “Tocar el tema de género en la economía les abrió la puerta a las mujeres, porque el hecho de que una mujer pueda participar en el mercado laboral implica, según muestran las investigaciones, que le da acceso a una vida libre de violencia. Por ejemplo, incrementa su poder de negociación en el hogar”.
Según los estudios de Goldin, en el siglo XX las mujeres trabajan fuera del hogar por la aparición de la píldora anticonceptiva y la economía de servicios, lo que implica que empiecen a ganar dinero, aportar financieramente en sus hogares y, en consecuencia, a adquirir independencia económica y a participar en las decisiones familiares.
Esto no significó igualdad respecto a los hombres: las labores del cuidado continúan recayendo en las mujeres y la maternidad sigue siendo una traba para el desarrollo profesional, pues el mercado laboral es incompatible con las tareas del cuidado. Es en este sentido que los estudios como los de Goldin son necesarios: estos permiten identificar las razones por las que aún no hay equidad de género para, posteriormente, construir políticas públicas que la promuevan.
Sandra Aguilar destaca que, gracias a investigaciones como las de Goldin, diversos países han tomado medidas para abordar la desigualdad de género en el ámbito laboral. Por ejemplo, muchos gobiernos han creado sistemas de cuidado, reconociendo la crianza de los hijos e hijas como un bien público. Así se hace frente a la desigualdad salarial que se presenta desde el nacimiento del primer hijo. Con sistemas de cuidados y políticas de corresponsabilidad, hechas a partir de estas investigaciones, se busca promover que las mujeres participen en los espacios públicos, mercados laborales y rompan los techos de cristal.
María del Pilar López-Uribe, docente de la Universidad de los Andes, dice que: “Goldin establece que en este punto de la historia, las mujeres pueden hablar de carreras y familias por ese recorrido que han hecho, esto es posible por cuatro grandes cambios: los avances en tecnología, las habilidades que requiere el mercado laboral, la creciente demanda de trabajos y que las mujeres pueden participar de este mercado, gracias al acceso: a pastillas anticonceptivas, a leyes como la del divorcio y a bienes para disminuir las cargas del trabajo doméstico como las lavadoras”. Entonces, vale la pena preguntarse: ¿cómo está Colombia respecto a equidad de género en el trabajo y la economía del cuidado?
Según las estadísticas, las mujeres todavía ganan menos (brecha salarial) y trabajan más, provocando lo que se conoce como la triple jornada (cuando llegan a su casa de la oficina, las mujeres continúan trabajando en las labores del hogar). De acuerdo con el DANE, las mujeres empleadas “ganaron 6,3% menos que los hombres en 2021 (…) Las mayores brechas de ingresos mensuales promedio se vieron reflejadas en mujeres con bajos niveles educativos, rurales, viudas, entre los 45 y 54 años”. Además, vale la pena mencionar que el 20% del Producto Interno Bruto en Colombia es generado por las tareas del cuidado que suelen ser ejercidas por mujeres.
La investigación de Goldin, entonces, es fundamental en el debate contemporáneo del rol de las mujeres en la sociedad. No solo refleja un interés por entender la realidad actual de la condición femenina en el ámbito laboral, sino que también realiza propuestas con soluciones prácticas y políticas que puedan impulsar la equidad de género. De esta manera, en la búsqueda por reimaginar la economía, comprender este tipo de desigualdad es esencial, pues es una de las más coyunturales de la actualidad.
También es importante mencionar que la contribución de Goldin no solo se limita a la academia, sino que tiene el potencial de proponer cambios significativos en la percepción y abordaje de las desigualdades de género en el ámbito laboral, económico, político y social. Además, que Claudia Goldin haya recibido el Nobel representa el reconocimiento de una necesidad de perspectiva interseccional en el análisis de las desigualdades. Así, la mirada en las tareas del cuidado es fundamental para abordar las disparidades y permite adoptar una posición crítica hacia un sistema económico que no garantiza igualdad de oportunidades para todas las personas.
